Queridísimos lectores, tras su habitual descanso de enero, mes en el que no
estáis ni para gastar 50 céntimos en pipas, el revuelto de trastos vuelve
impetuoso a su cita con una nueva orgía de consumismo compulsivo. Seguramente en
febrero sigáis sin un duro (y en marzo, y en abril, y en junio), pero eso no os
habrá quitado las ganas de estar al tanto de lo último en artefactos útiles o
superfluos relacionados con la comida. Además, hay cosas aquí que valen menos
que los cinco o seis copazos a los que no estáis dispuestos a renunciar cada fin
de semana, así que menos lloros.
Supertermómetro culinario
¿Obsesionado con lograr el asado perfecto? Pues lo primero que debes hacer es
conseguir un termómetro en condiciones. Éste de la marca Rösle parece bastante
completo: mide la temperatura en el interior del alimento y también la exterior
del horno, y además te indica si ésta es la adecuada para cada tipo de carne.
Cuesta 33,80 euros
en Amazon.es
Botella con nueve instrumentos de cocina
Si tu cocina es más pequeña que
el armario de la Nancy, esta obra maestra del diseño quizá te
pueda ser útil. En una sola botella, agrupa un embudo, una jarra, un exprimidor,
un rallador de especias, un picador de huevos cocidos, un rallador de queso, un
abridor de botes y un separador de yemas. Por si fuera poco, la base sirve de
medidor. Cuesta unos 30 euros
en la tienda del MoMa.
Fresquera cerámica
Premio al Diseño e Innovación Tecnológica en el reciente Madrid Fusión, este
recipiente de Fizpílar evoca las antiguas fresqueras. Se supone que, sin
necesidad de electricidad, alarga la vida de frutas, verduras o quesos al
mantener unas condiciones de humedad y temperatura óptimas, un poco al estilo de
los botijos. Eso sí, barato no es: entre 67 y 82 euros dependiendo del tamaño
en la tienda de la marca.
Tapón enfriador
Una de mis múltiples paranoias consiste en no poder soportar la visión del
vino blanco calentándose en la mesa. Ya sé que existe ese invento más viejo que
la pana que es la cubitera, pero a veces encontrarla en el baúl de los
recuerdos, sacar los hielos de las cubiteras, llenarla de agua y ponerle el
trapito limpio encima se hace un poco cuesta arriba. Una alternativa serían las
famosas fundas; otra, el Corkcicle, un tapón con carámbano de gel incorporado
que se mete en el congelador y se introduce en la botella cuando ésta se va a
beber. Cuesta 25 euros
en Regalador.
Póster antiparanoia alimentaria
La comida es un asunto serio. Demasiado serio, diría yo, para algunas
personas que viven sin vivir en sí pensando que tal comida es muy sana y tal
otra les va a matar mañana mismo. Para relajarse, yo les recomendaría este
póster de RetroWhale. Su oso dice: "No como gluten, azúcar, lácteos, grasas
saturadas o comidas procesadas. Sin embargo sí como hombres, mujeres y niños
pequeños". Cuesta 18,18 euros
en Etsy.
Airbag para
vino
Tiene todo el aspecto de ser la clásica chorrada que compras, olvidas en
algún cajón y luego no te acuerdas de sacarla cuando realmente la necesitas.
Pero aún así, la VinniBag no está mal pensada, y para gente a la que le gusta
comprar vino en sus viajes puede resultar muy útil ahora que no te lo puedes
llevar encima en el avión. Cuesta 25 euros
en la web de la
marca.
Cortador de queso Polaroid
No es práctico, parece engorrosísimo de usar y de limpiar, y lo acabaría
teniendo de adorno porque jamás compraría un tocho cuadrado de queso para cortar
las lonchas en casa. Pero la belleza del Say Cheese Instant Slicer reside en su
propia absurdez. Además, qué queréis, sólo cuesta 7 euros
en
Gama Go.
Barbacoa balconera
Hace un frío que pela y no es tiempo de cocinar al aire libre. Pero la
primavera está a la vuelta de la esquina (dijo el optimista), y parrillero
prevenido vale por dos. La ventaja de esta barbacoa urbana es que la atas a la
barandilla de tu balcón, lo que permite asar hamburguesas y chorizos en el
mínimo espacio y de paso atufarle la ropa al vecino de arriba. Cuesta 73,39
eurazos
en Firebox.
Manteles para constructores de comida
Ahora que Ferran Adrià
va a descodificar el genoma culinario, estos manteles que
explican cómo construir un sandwich de mantequilla y mermelada o un banana split
van a ser más necesarios que nunca. Yo me los iría pillando ya: cuestan 14 euros
en Akward Engineer.
Tostadora vaginal
¿Por qué elegir entre tostada o vagina, pudiendo tener las dos cosas a la
vez? Ésta es la pregunta con la que podría comenzar el anuncio de teletienda de
esta tostadora para pervertidos de la marca Burnt Impressions. Que no se pongan
nerviosas las mujeres hetero ni los hombres manfloritas: también
hay versión pene. Ambas cuestan
unos 26 euros en Amazon.com.